Cuando
empiezan a correr los créditos de la película y aparece el nombre de Johnny
Depp en solitario antes del título principal de la película en grande, te das
cuenta de que algo está mal. El Llanero solitario era en realidad un chico
joven con unos ojazos claros que tienes bien presentes todavía.
A pesar de
saber que había sido masacrada por la crítica quería ver la película. Supongo
que no será difícil adivinar que Johnny Depp era buena parte de mi motivación, aunado
al hecho de que también salía Helena Bonham Carter. Combinación que vende
seguro. O eso creía Disney antes de estrenar y tener que declarar la película
un fracaso en taquilla.
Tenía otras
motivaciones también. Este será un motivo menos popular, pero quería ver a Ruth
Wilson en una gran producción como esta después de que se convirtiera en mi
Jane Eyre favorita en la adaptación del 2006 de la BBC. Armie Hammer tampoco
era un motivo para desdeñar, no después de haberle visto en J. Edgar bajo la
dirección de Clint Eastwood.
No repetiré
todo lo que dice la crítica, aunque tampoco voy a desdecirlos. Sin embargo, que
una película sea mala no la exime de ser divertida o en cierta medida “disfrutable”.
No pedía más de esta película y en realidad lo cumplió. Me divertí durante dos
horas y media, puse los ojos en blanco cuando las bromas eran demasiado tontas,
amé ver a Helena y a Ruth en pantalla, aprecié con renovado interés a Armie
Hammer con un aspecto menos fino y cuidado que el de los chicos universitarios
adinerados de The Social Network o el impecable funcionario del FBI de J. Edgar…
y vi de nuevo a Johnny Depp haciendo un papel que más que una persona parecía
una caricatura.
No me
malinterpreten: sigue siendo muy bueno haciendo eso. Sin embargo, extraño otras
facetas suyas. Quiero verle de nuevo haciendo drama. Tenerle en pantalla con la
cara lavada y con aspecto cotidiano. Necesito devolverme prácticamente hasta
Enemigo público junto a Christian Bale para encontrar un poco el look que tengo
en mente y el tipo de personaje en el que estoy pensando.
Pero bueno,
el punto de esta entrada era hablar sobre la película. Valga decir que no estoy
en capacidad de hablar sobre ella como adaptación. Mis conocimientos previos
sobre el Llanero solitario se remontan a que era el héroe de infancia de
Felipe, el amigo de Mafalda. Sin embargo, el nombre siempre me había inspirado
la idea de un héroe algo sombrío y de historia triste. No es precisamente lo que
se ve en esta película, aunque pudo serlo.
La película
se divide entre la historia de Toro y la historia de John Reid, las cuales se
conectan al inicio de la película, siendo Toro el guía de John Reid en su
transformación. No sé cuánto se aleja la adaptación de sus historias de origen
pero en lo personal habría querido una aproximación más fuerte al insight de
John Reid en su cambio de perspectiva con respecto a la ley y la justicia. Es
la historia de un abogado que se da cuenta de que el sistema está corrupto y no
puede ya hacer justicia desde él. La idea inicial de que llega el momento en
que el hombre justo tiene que usar una máscara daba para un abordaje más serio
y dramático, así como la situación de John como el hermano menor ante un Dan
Reid que parecía ser el llamado entre los hermanos a luchar de una manera más
directa contra el crimen.
Sin embargo,
la película apuesta más por una interacción divertida y acción exagerada.
Totalmente disfrutable, por supuesto, para reírse, decir “no puede ser” y desconectar
un poco de las leyes de la física, como el 99,99% de las películas de acción. Lo
mejor para mí estuvo en la música, particularmente en la larga secuencia final
con la Obertura de Guillermo Tell de fondo con un genial arreglo de Hans
Zimmer. La manera en que la pelea, los balazos y todo lo que ocurre se coordina
con la música me encantó y vale la pena escucharlo en el cine. Les dejo acá el
arreglo, por si tienen curiosidad de escucharlo.
En fin, no
será una película recordada más que por las listas de los trabajos menos exitosos
de Johnny Depp y esperemos que no, como el único protagónico de Armie Hammer.
Tal vez no fue de las mejores exposiciones al mundo de Hollywood para Ruth
Wilson (aunque queda muy bien en su papel). La aparición de Helena es tan breve
que cualquier otra pudo haberla hecho (pero por suerte es ella). Tampoco creo
que sea la mejor banda sonora de Hans Zimmer (no, la música es genial pero es
original de Rossini, ¡no cuenta!).
Tenía más
potencial, pudo ser mucho mejor, si Disney hubiera apostado por hacer el
protagonista de la historia al nombre titular de la misma. ¿No confiaban en
Armie Hammer para llevar ese peso? Podrían haber buscado a alguien más. Si lo
que querían era apostar por Johnny Depp, ¿por qué no podía ser él el Llanero
entonces? Como si no hubiera actores nativos americanos para hacer el papel de
Toro.
Sin embargo,
el fracaso en taquilla no creo que sea por culpa de la crítica, el guión o las
actuaciones. ¿Cuántas veces es éxito de taquilla alguna película que todos los
críticos han dicho que es una porquería aún peor? No. La culpa es de Disney,
por no invertir en la promoción de la película. Parece mentira que no nos hayan
bombardeado de Johnny Depp y Armie Hammer hasta el cansancio. ¿Dónde están las
entrevistas, los videos, los banners en las páginas de Internet, la promoción
del “bromance”, los juguetes, los videojuegos?
Supongo que esta
película en el futuro será un buen ejemplo de que el nombre de un actor (aunque
ese actor sea Johnny Depp y tenga a Helena Bonham Carter en el reparto) no
vende solo.
Director: Gore Verbinski
Título original: The Lone Ranger
Cast: Johnny Depp, Armie Hammer, Tom Wilkinson, Helena Bonham Carter, Ruth Wilson.
Duración: 149min
Acción - Aventura - Western